viernes, septiembre 22, 2006

Publicado en "La Historia Paralela"

No hay antisemitismo, pero…

Malú KikuchiEl miércoles 13 de septiembre, un destacado grupo de personalidades argentinas presentó en la casa de Gobierno y en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, un documento titulado "Antes de que sea demasiado tarde". Lo firmaron más de 200 personas.En el escrito se destaca la profunda preocupación ante el fuerte rebrote de antisemitismo que se está viviendo en el país. La iniciativa, liderada por Patricia Bullrich, presidenta de Unión por Todos, fue apoyada por varios políticos, entre otros, Ricardo López Murphy, Gil Lavedra, Norma Morandini, Federico Pinedo, Hugo Martini, Nora Guinzburg. Esta es la noticia. A partir de esta noticia, nacen otras muchas noticias que no tienen explicación.

¿Qué es el antisemitismo? Según el diccionario, antisemita es el enemigo de la raza hebrea, de su cultura o de su influencia. Y semita viene de Sem, primogénito de Noé, y engloba a hebreos y árabes, asirios y babilonios y a todos aquellos que hablan lenguas semíticas. El término antisemitismo es empleado por primera vez por un periodista alemán, Wilhelm Marr, en 1879, en un panfleto publicado en Berna, Suiza. Eso, en cuanto al término; que el antisemitismo es de larga data histórica, haciéndose sentir fuertemente en la Europa medieval, en tiempos de las Cruzadas.

Pero en realidad, ¿qué es el antisemitismo? Como toda pasión es difícil de precisar. Los orígenes se remontan a la acusación de deicidio que le hace el cristianismo al pueblo judío, acusación anulada por Juan Pablo II, … después de 2.000 años. A ello se le suman toda clase de infundios a lo largo de los siglos("Protocolos de los sabios de Sión", 1872, Rusia), que siempre es bueno tener un chivo expiatorio para cualquier emergencia. Y conste que lo del chivo expiatorio está en la Biblia y es un invento judío. Quizás la mejor definición la da Jean Paul Sartre en "Reflexiones sobre la Cuestión Judía"(1944), cuando dice que "si el judío no existiera, el antisemita lo inventaría".

La Argentina ha sufrido varias rachas de feroz antisemitismo, quizás la más importante en la década del 30. Hay que recordar la notoria simpatía oficial hacia el nazismo. Y hubo otras muchas rachas antes y después. Hoy, hay un rebrote preocupante de antisemitismo, tan preocupante como para que un grupo de intelectuales, artistas, políticos, periodistas, profesionales y dirigentes sociales le pidan al Gobierno que tome medidas urgentes para detener el fenómeno.

¿Cómo contesta el Gobierno ante este pedido? Como siempre que se le demanda algo, responde con palabras, no con hechos. Para empezar a descolocar al sentido común, la flamante titular del Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI), María José Lubertino, discrimina a los políticos que firman el documento, … acusándolos de ¡políticos! Para Lubertino, política de profesión, un político de la oposición no puede firmar un documento demandando algo al Ejecutivo porque el pedido está viciado de … ¡política! ¿Y la discriminación hacia los judíos? Para Lubertino es un tema político, usado por políticos opositores para molestar al Ejecutivo. ¿Y el antisemitismo? Muy bien, gracias. ¿Y la discriminación? ¿Qué discriminación?

Para seguir descolocando al sentido común. Viernes 16 de septiembre, 3 días después de recibido el documento "Antes de que sea tarde", en la Casa Rosada, el Presidente se dignó tocar el tema. Negó enfáticamente un rebrote de antisemitismo aduciendo que "los argentinos amamos a todas las razas". La historia Argentina desgraciadamente no registra lo mismo. Después de negar, a continuación dice: "Nadie más que nosotros hemos combatido fuertemente todas las campañas antisemitas que se han dado en la Argentina". ¿En qué quedamos? ¿Amamos a todas las razas o hacemos campañas antisemitas? Sería bueno que lo aclarara, cuestión de no contribuir desde el atril presidencial a la confusión generalizada.

Por supuesto que el Gobierno no es antisemita, es más, tiene definidas simpatías por la colectividad judía. Es por eso mismo que no se entiende porqué las simpatías no se traducen en hechos concretos, más bien todo lo contrario. Cuando los jóvenes judíos quisieron manifestar su rechazo hacia las políticas de Irán frente a su embajada en Buenos Aires, un grupito de Quebracho, encapuchados y con palos, protegidos por la Policía (los de Quebracho, no los jóvenes judíos), se lo impidieron. La Policía no actúa por su cuenta, obedece ordenes del Ministro del Interior quien a su vez obedece ordenes del Presidente. Puede que en este caso no haya sido así, pero es lo que normalmente sucede.

El Gobierno tiene simpatía por la colectividad judía, no hay dudas al respecto. Por eso no se entiende que los antisemitas pinten frases insultantes hacia Israel y el pueblo judío en las paredes de varias facultades pertenecientes a la UBA. La UBA es una universidad pública, mantenida por los ciudadanos argentinos con su dinero, ciudadanos argentinos, muchos de ellos, judíos. En la facultad de Filosofía y Letras hay cursos especializados en temas islámicos que se vuelcan más hacia las políticas agresivas en contra de Israel, que hacia los estudios religiosos. ¡En una facultad pública! ¿Qué medidas se toman oficialmente para que esto no se repita? No se sabe. Secreto de Estado.

Dice el Presidente, "amamos todas las razas". Por eso es tan difícil entender nuestra relación "carnal", afectiva, económica, social y política con Hugo Chávez , Presidente de la Bolivariana República de Venezuela. Chávez es un ferviente y confeso antisemita y a su vez un fraternal amigo de Ahmadinejad, el hombre que desde Irán quiere borrar de la faz de la tierra al Estado de Israel. Ajmadinejad, el amigo de Chávez que a su vez es amigo del Gobierno Argentino, propone echar a todos los judíos al mar, como "solución final", parte 2. ¿Qué hace el Gobierno Argentino con estas pésimas compañías?

Este Gobierno Argentino no es antisemita. ¿Entonces porqué permite que un funcionario, Luis D´Elía, acompañado de otros funcionarios y de varios íntimos del Gobierno (Kunkel, Pérsico, Dante Gullo …) se exprese en términos abiertamente antisemitas, ante la presencia de un personaje representante de las comunidades árabes, más fundamentalista que islámico? (31/08/06, Obelisco). Y el Gobierno no le pide la renuncia, ni le exige que se retracte, simplemente mira hacia otro lado. Difícil de entender para los ciudadanos de a pie.

No bastan las palabras. Se necesitan hechos concretos. El problema es demasiado grave. Se sabe cómo empieza y también se sabe cómo termina. Termina muy mal. El huevo de la serpiente tiene la particularidad de tener una cáscara gelatinosa que permite ver el interior. A la serpiente del antisemitismo hay que matarla antes de que nazca. El peligro es grande y está. No basta con decir que no existe.

Se sabe que las brujas no existen; … pero que las hay, las hay. Con el antisemitismo pasa lo mismo.

Fuente: La Caja de Pandora online

Autor: Malú Kikuchi