Argentina ya supera a Cuba en cantidad de presos políticos
Los Juicios por la Verdad
Los «Juicios por la Verdad» son procesos neo judiciales que se desarrollaron en las Cámaras Federales de todo el país, a partir de las presentaciones de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos desde setiembre de 1998, oficialmente aceptados durante la presidencia de Duhalde. Tenían como aparente objetivo averiguar que pasó con los desaparecidos de la región "durante la última dictadura-cívico militar" y determinar quiénes fueron los responsables de los crímenes. Las "investigaciones" —que se caracterizaron por ser procedimientos meramente inquisitivos y hasta anónimos inaudita parte— alcanzaron a unos diez mil expedientes donde declararon más de 800 testigos.[1]
Con el correr de los años, al derogarse las leyes de amnistía —que terminaban con las consecuencias de la guerra civil antiterrorista de los años '70— y la novedosa calificación unilateral de que la guerra contra la insurgencia que caracterizó la década era un delito de lesa humanidad, se produjo una verdadera factoría de causas penales en las que los militares que participaron en esas operaciones están imputados como responsables de "Terrorismo de Estado".[2]
Pero lo más escandaloso de todo es que esas dudosas deposiciones de los así llamados "juicios por la verdad" —meras delaciones anónimas, confidencias calumniosas, falaces y denuncias sin fundamento científico genuino, ni refrendadas, y tan siquiera verídicas— fueron tomados por la "Justicia" kirchnerista como "elementos de convicción irrefutables" que significaron el cautiverio de cientos de policías, militares, gendarmes y prefecturianos que habían presentado batalla contra la agresión terrorista que asoló estas comarcas.
Mazmorras castristas y calabozos argentinos
La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliació
"El número de personas confinadas por todo concepto está en el orden de los 80.000 reclusos, aunque otras estimaciones no gubernamentales adelantan cifras más altas". Las condiciones de los presos son verdaderamente inhumanas y "decenas de prisioneros de conciencia y otros presos políticos están seriamente enfermos".
Del informe se desprende que Raúl Castro no ha hecho nada para cambiar la situación de los perseguidos por razones ideológicas y que la represión no ha cesado ni lo más mínimo.
Hay constancia de al menos 325 detenciones por motivos políticos y el número de presos políticos encarcelados no ha bajado de 234, muchos de los cuales permanecen internados, simplemente por imputaciones, sin cargos formales probados ni sentencia, en prisiones de alta seguridad".
La organización presidida por el disidente Elizardo Sánchez destaca en su informe que "la sociedad cubana está deseosa y necesitada de reformas para que mejore la situación general del país, lo cual supone el respeto irrestricto de todos y cada uno de los derechos esenciales de la persona humana que se siguen vulnerando de manera flagrante".
El informe detalla que en 2007 "se reportaron al menos 325 detenciones por motivos políticos, la gran mayoría de corta duración (varias horas o días). Casi todos los detenidos fueron liberados sin cargos por tratar de ejercer determinados derechos civiles y políticos, razón por la cual calificamos dichos arrestos como detenciones arbitrarias"
Según la Lista Parcial de Presos por Motivos Políticos o políticos-sociales que elabora la CCDRNH, aj 31 de diciembre de 2007 están documentados "al menos 234 reclusos de esa categoría, lo cual representa una disminución poco significativa si tomamos en cuenta que al cierre del semestre anterior, el 30 de junio del 2007, habíamos documentado 246 casos de presos por motivos políticos".
A semejanza de lo que ocurre en Argentina con los Oficiales Superiores de las FFAA, destaca la CCDRNH, un "enorme aparato represivo, persiste en silenciar las voces disidentes y emplea toda clase de acciones intimidatorias contra los militares o sencillos ciudadanos que expresan críticas en voz alta".[3]
Pero hay un detalle significativo: en la dictadura castrista de Cuba son 246 los confinados, mientras que en el régimen kirchnerista ya está superando el doble de ese número la cantidad de seres humanos que están encarcelados y definitivamente separados de sus familias —ni siquiera por ser "disidentes"— sino por haber cometido el pecado de defender a la Patria de la agresión terrorista.
[1] Llamativamente, en muchos casos, los mismos testigos para tantos expedientes.
[2] http://www.comision
(3) Libertad Digital
Autor: Dr. Carlos Marcelo Shäferstein
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